Una pequeña isla escocesa se ha convertido en un santuario de la noche oscura.
Dicho así puede dar miedo, pero en realidad deberías alegrarte, porque se trata de reducir al máximo la luz artificial para gozar de la noche y el cosmos.
Rùm –es el nombre de la isla– logró ser aceptada por la organización Dark sky, que lucha contra la contaminación lumínica.
Los habitantes de Rùm han conseguido reducir la luz artificial hasta en el muelle, donde se mantiene el mínimo para la seguridad marítima gracias a leds que apuntan hacia abajo. Las tiendas sólo se iluminan en el exterior (desde la puerta y hacia el suelo) cuando pasa alguien y un sensor las enciende.
Gracias a esto, Rùm se ha convertido en una gozada para astrónomos y observadores, en un fenómeno que ya llaman “astroturismo”.
☞ Lo leí en este artículo del New York Times, pero, como es de pago, he buscado información sobre Rùm en The Guardian y en la BBC.
☞ Si te interesa el proyecto Dark Sky, esta es su web.
Que tengas un buen día