Cómo perder el miedo a dibujar mal

Dibujar mal es poderoso

Nadie está mirando

Una de las mejores maneras de perderle el miedo a dibujar mal, es no pretender dibujar bien. Parece una perogrullada, y sin duda lo es, pero conviene recordarlo.

Un buen ejercicio es dibujar sólo para ti, sin mostrarlo a nadie, sin tener que rendir cuentas.

Más claro aún, con ejemplos: 

Acostúmbrate a dibujar trazos sin sentido, sólo para perder el miedo. Puedes tener un un bloc sólo para eso, o pintarrajear donde quieras, en cualquier papel, como cuando hablábamos por teléfono sentados y dibujábamos rayitas o espirales que nos relajaban.

La cosa es trazar algo que te apetezca según tu estado de ánimo… pero hazlo para ti.

Dibujar bien es muy frustrante

Las exigencias de la escuela, sin querer, pueden matar las ilusiones de los críos; no serías la primera persona que en clase de dibujo, al tropezar con un mal profe, acabaras pensando que no sabías, frustrándote para siempre. 

Este es el motivo por el que muchos adultos creen que no saben dibujar.

¿Dónde está escrito que debas dibujar bien? ¿En qué artículo de la constitución, del código civil, de la Biblia o del DSM-5 dice que debas dibujar de una manera determinada? 

Querer “dibujar bien” puede ser muy frustrante para muchas personas

Dibujar mal es poderoso

Dibujar libremente lo que te salga de ahí, sin mostrarlo a nadie y sin el miedo a que te juzguen, es muy liberador. 

Y útil: usa los garabatos para tomar tus notas, para las lista de las cosas que tengas que hacer, para explicar algo a alguien. No son dibujos bien hechos, sino información, y nadie va a cuestionar tu trazo por eso.

Con el tiempo adquirirás la suficiente confianza como para mostrar tus dibujos orgullosamente imperfectos. 

Porque los dibujos imperfectos son mucho más poderosos que los dibujos “buenos”. Son más cercanos, conectan más con el otro y, como te decía en este artículo, son más humanos.