"El Sr. y la Sra. Brown conocieron a Paddington por primera vez en un andén de ferrocarril...".
Son las primeras líneas del libro de Michael Bond.
Y comentó más tarde:
“Cuando escribí esas pocas palabras, no tenía idea de qué cambio harían eventualmente en mi vida. Realmente fue lo típico de poner algo en papel para hacer funcionar mi cerebro esa mañana."
Michael
Michael quería ser escritor. Escribía un poco, sí, y había publicado alguna cosilla en algún periódico, pero poco más. Trabajaba en la BBC como guionista pero, sobre todo, como cámara de televisión.
Una tarde, antes de navidad, volvía a casa y empezó a nevar, como en las pelis.
Se resguardó en una tienda y, en una estantería, vio un pequeño oso de peluche desaliñado en un rincón.
O sea, de noche, antes de Navidad, nevando, el osito feucho y solo ahí abandonado…
Y claro, le dio pena y lo compró.
Brenda
Michael y Brenda eran una pareja joven y vivían en un apartamento pequeño. Michael le regaló el osito a Brenda por Navidad. Por fin el osito tenía un hogar, y los tres serían felices… y ricos.
A Michael le divertía imaginar situaciones del oso –al que llamaron Paddington porque vivían cerca de la estación de Paddington, no tiene más– y las escribía, como si fuera un juego, para divertirse.
Y se divertía tanto, que al cabo de diez días tenía diez historias. Y pensó: “coño, he escrito un libro”.
Bueno, no sé si con estas palabras.
El osito
Envió el libro a su agente, le encantó, lo publicaron y fue un éxito:
“Un oso llamado Paddington”.
Como siempre, detrás de una obra hay muchos detalles, y en este caso también.
En casa de Michael habían acogido a niños refugiados.
Cuando era un crío, durante la guerra, a Inglaterra llegaban constantemente niños solos rescatados de los nazis. Llegaban con una maletita y un cartelito colgando del cuello en el que ponía su nombre.
Así que, en el libro, el osito llegó a la estación con una maletita y un cartelito que ponía “Por favor, cuiden a este oso”.
En un principio, Paddington era un oso que venía de la más oscura África, aunque afortunadamente su agente, algo más instruida, le propuso cambiarlo por Perú, ya que en África no hay osos.
Pese a que Michael nunca escribió el libro para los niños, sino para él mismo, Paddington ya es un icono de la literatura infantil, tanto en los países angloparlantes como en todo el mundo.
Desde entonces se han vendido más de 35 millones de libros en casi veinte países, traducidos a más de cuarenta idiomas.
Diez años después, Michael dejó la tele para dedicarse a escribir (aunque en 1976 volvió por la puerta grande para escribir los guiones de la serie basada en su propio libro).
En lacitos 🎀
-Michael Bond en la wikipedia.
-Paddintgon Bear en la wikipedia.
-Aquí te enlazo una primera edición de “A bear called Paddington” porque sí, porque es bonita y para que añores como yo cómo se hacían antes los libros.
-En realidad Paddington es un oso del Perú. El verdadero oso andino, Tremarctos ornatus u oso de anteojos, vive en la cordillera de los Andes. Nuevamente, en la wikipedia te lo explican de maravilla.
Aquí abajo te dejo una foto que, esta sí, está libre de derechos de autor: