El fracaso
Verás:
el pasado diciembre participé en un mercadillo de artistas. Del rollo “dejar en depósito”, o sea que yo no estaba, sino que en el local tenían mucha obra gráfica de muchos artistas, poetas e ilustradores y el público venía a comprar.
Y mucha gente compró, pero no mis dibujos.
O sea: había unos 65 artistas, y todos vendieron menos 15. Yo estaba entre esos 15.
Una hecatombe. Un naufragio. Un apocalipsis. O, dicho de otro modo,
un fracaso.
El final
Yo he leído a Schopenhauer y he aprendido a relativizar las cosas y a no crearme expectativas. Llevo muchos años modificando mi manera de pensar para evitar decepciones.
Vale, pues fue una decepción.
Y no pequeñita, sino de las gordas.
Cuando fui a recoger la obra, un lunes frío y gris de invierno al atardecer, era la víspera de mi cumpleaños; al día siguiente sería un poco más viejo.
No sólo había fracasado. Se me van acabando las oportunidades.
La madurez
Pese a la gran hostia y a la consiguiente bajona, algo mágico pasó.
Algo nuevo.
Me senté en el andén del metro, me puse música súper triste para deprimirme más, y saqué el bloc y el boli. E hice una lista: “Posibles causas de por qué no había vendido una mierda”.
Pam… pam… pam… seis o siete cosas, lo que surgiera. Y entonces lo que surgió fue la magia; la magia de ver las cosas fuera de tu cerebro, anotadas en un papel, mientras dibujaba con el boli y dejaba pasar los trenes.
Era como una calma interior.
Una calma que vino así porque es el fruto de haber estado treinta años lidiando con ansiedad y depresión, haber leído a Schopenhuer y también lo del mindfulness y el yoga y su puta madre, y haber vivido muchos otros fracasos peores que este.
Y porque ya tengo una edad.
Esto se llama madurez, y se consigue con el tiempo, como el whiskey o lo que sea que madure en barricas de madera.
Fue como verlo claro: no pasa nada, es esto, yo tenía razón… No me volverá a ocurrir porque ya sé lo que hay que hacer. He aprendido una lección más.
Mi lista
A lo práctico: Por qué yo no había vendido y los otros sí?
Sería muy largo de contar, pero resumiendo mucho, mis conclusiones son estas:
La gente es muy rara
La gente es predecible
La gente es un poco rancia
El mundo del arte es muy esnob
Pedí consejo a la organización acerca de los precos y les hice caso
Había leído a expertos en ventas y les hice caso
Tuve una intuición y no le hice caso.
Aprendizajes
Lo que dicen los vendedores: si quieres hacerte valorar, vende caro; hazte un nombre, porque la gente valora quién eres, no el arte que haces.
Lo que me aconsejó la chica de la organización: pon un precio alto.
Mi intuición: “si pongo este precio no lo pagaría ni yo”.
Mis errores
Hice más caso a los vendedores que a mi intuición.
Ellos tenían razón: la realidad es que la gente es tan esnob que paga más por un artista conocido que por uno bueno (y yo soy muy bueno, pero poco conocido en esos ámbitos).
No tuve en cuenta el lugar ni el público (gente estirada, ambiente elitista… pero rancios al pagar).
No tuve en cuenta el concepto de “mercadillo de arte”.
Yo había participado en exposiciones donde sí había vendido obra; en cambio allí las obras no están expuestas, sino en cajones que la gente toca, como antiguamente se vendían los discos en las tiendas.
No era un lugar para pararse a mirar, y mucho menos de valorar una cosa bien hecha; era un mercadillo.
Conclusiones
Hacer caso a la intuición (✎ un día te hablaré de lo que en realidad es la intuición y por qué hay que hacerle caso).
Hacer más caso al marketing que a los vendedores. Tener claro a quién ofreces tu producto es de primaria de marketing. Y me lo sé. Y no me lo apliqué.
Aceptar de una vez que la gente se gastará antes 80 € en una comida cutre que 50 € en una obra de arte.
Seguir fiel a mis principios y a mis valores; la ética y el arte están por encima del mercado.
Soy muy bueno, seguir buscando a mi público.
Aprender inglés.
En lacito 🎀
-En internet hay multitud de sitios donde aprender nociones básicas de marketing. Te enlazo un artículo con el que estoy bastante de acuerdo: “Estrategia de marketing digital para artistas: 7 consejos”.