Tengo una proposición muy chula, te la cuento al final.
Pero antes…
Tienes que saber que uno de mis recursos favoritos de todos los tiempos es la sátira.
Es un tipo de humor, aunque va mucho más allá. Es una puesta en evidencia de algo patético. A veces una crítica, a veces sólo la visibilización de una injusticia, siempre lucidez.
A diferencia de la parodia o de la simple burla –que es la manera más tonta de la jocosidad, para la cual no se precisa mucho intelecto– la buena sátira tiene doble sentido y sarcasmo, y viene revestida de una apariencia seria; es audaz, tiene ingenio, mala uva y un refinamiento que no es fácil de ver.
En otras palabras: bien hecha, es la manera más inteligente de humor.
En Inglaterra, a principios del siglo dieciocho era un momento de cambios sociales y tecnológicos parecido al nuestro. Fue le edad de oro de la sátira, y fue tanta su notoriedad que dio nombre a un subgénero: la sátira augusta.
Fue el marco de una obra maestra: el ensayo “Una modesta proposición” de Jonathan Swift, escrito en 1729.
Es una de las obras literarias más arriesgadas de la historia de occidente.
Propone ni más ni menos que, para acabar con el hambre y la superpoblación en Irlanda, los padres vendan a sus niños a los terratenientes ingleses para que se los coman.
Y lo hace en un tono muy formal, es un discurso político.
Ya en esa época, mucha gente no entendió que se trataba de un escrito satírico.
Malos tiempos para la sátira
Hoy en día, en esta época de corrección política, cancelación y discursos únicos, sería impensable.
Esto no sería publicado hoy:
“Me ha asegurado un joven americano muy entendido que conozco en Londres, que un tierno niño saludable y bien criado constituye, al año de edad, el alimento más delicioso, nutritivo y sano, ya sea estofado, asado, al horno o hervido; y yo no dudo que servirá igualmente en un fricasé o en un guisado”.
Ahora sí:
Mi modesta proposición
Esto –y otros motivos igual de inconformistas– me ha llevado a empezar un reto. Ya lo comenté en el canal de Telegram, y hoy lo hago oficial:
Voy a escribir un libro.
Tiene el título provisional de “Curso de Imbécil”.
Será una sátira y vendrá con ilustraciones. Y la haré con tu ayuda (si quieres).
Para ello te propongo un compromiso, que ya han aceptado unos cuantos, por el cual yo me obligo a ir escribiendo un libro en forma de breves newsletters privadas.
Lo puedes ver aquí:
Unha aperta e graciñas!
Saúde
¡Qué ganas! 👏🏻👏🏻